¿Cómo funciona un ERE de extincion?
Un ERE de extinción, también conocido como Expediente de Regulación de Empleo de extinción, es un proceso legal mediante el cual una empresa puede despedir a un grupo de trabajadores de forma colectiva y justificada. Se trata de una medida que las empresas pueden tomar cuando se encuentran en situaciones económicas difíciles, como por ejemplo, cuando atraviesan una crisis financiera o cuando deben reestructurarse.
Para que un ERE de extinción sea válido, la empresa debe presentar ante las autoridades competentes un expediente que justifique la necesidad de los despidos. Este expediente debe contener información detallada sobre las causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que motivan los despidos. Además, también debe incluir datos sobre el número de trabajadores afectados, así como las indemnizaciones que se les ofrecerán.
Una vez presentado el expediente, las autoridades competentes revisarán la documentación y evaluarán si existe una causa justificada para los despidos. Esta evaluación se lleva a cabo teniendo en cuenta tanto la situación económica y financiera de la empresa, como el impacto que los despidos pueden tener en los trabajadores afectados y en la sociedad en general.
Si las autoridades consideran que el ERE de extinción cumple con los requisitos legales, emitirán una resolución en la que se aprueba el expediente. A partir de ese momento, la empresa podrá comenzar a llevar a cabo los despidos conforme a lo establecido en el expediente presentado. Es importante mencionar que la empresa está obligada a negociar con los representantes de los trabajadores las condiciones del ERE, incluyendo las indemnizaciones y otros aspectos relacionados.
Una vez finalizada la negociación y llevados a cabo los despidos, la empresa deberá comunicar a los trabajadores afectados la decisión tomada. En los casos de despidos individuales, cada trabajador será notificado de forma personal. En los casos de despidos colectivos, se realizará una comunicación conjunta a través de medios adecuados, como por ejemplo, mediante un comunicado oficial o una reunión informativa.
En definitiva, un ERE de extinción es un procedimiento legal que permite a las empresas despedir a un grupo de trabajadores de forma colectiva y justificada. A través de este proceso, las empresas pueden hacer frente a situaciones económicas difíciles, siempre y cuando cumplan con los requisitos legales establecidos y negocien de forma adecuada con los representantes de los trabajadores.
¿Qué es un ERE de extinción?
Un ERE de extinción es un procedimiento que se utiliza en España para llevar a cabo el despido colectivo de trabajadores por parte de una empresa. Este procedimiento se encuentra regulado por la ley y se aplica cuando una empresa atraviesa una situación económica grave que le impide mantener el empleo de sus trabajadores.
El objetivo de un ERE de extinción es la reducción del número de empleados de la empresa de forma significativa, pudiendo llegar incluso a su cierre definitivo. Para ello, la empresa debe presentar un expediente de regulación de empleo ante la autoridad laboral competente, en el que se justifiquen las causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que motivan la necesidad de llevar a cabo el despido colectivo.
Una vez presentado el expediente, se abre un periodo de negociación entre la empresa y los representantes de los trabajadores, con el objetivo de alcanzar un acuerdo que minimice el impacto del despido en los trabajadores afectados. Durante este periodo, se pueden proponer medidas como indemnizaciones económicas, recolocaciones en otras empresas del grupo o programas de formación y reciclaje profesional.
En caso de no alcanzarse un acuerdo, la autoridad laboral competente deberá emitir una resolución en la que se determine la procedencia o improcedencia del despido colectivo. Si se considera procedente, se establecerán las condiciones y compensaciones que corresponda a los trabajadores despedidos.
Es importante tener en cuenta que un ERE de extinción es una medida excepcional y que debe ser justificada adecuadamente por la empresa. Además, se deben cumplir una serie de requisitos y procedimientos legales para llevarlo a cabo, garantizando en todo momento los derechos de los trabajadores afectados.
¿Cuánto tiempo tiene que pasar para despedir después de un ERE?
Después de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), la empresa tiene que cumplir con ciertos plazos antes de poder llevar a cabo despidos. Estos plazos son establecidos por la ley y tienen como objetivo proteger los derechos de los trabajadores y garantizar un proceso justo.
En primer lugar, es importante destacar que el ERE es una medida de última instancia que una empresa puede tomar, y solo se puede llevar a cabo cuando existen causas económicas, técnicas, organizativas o de producción que lo justifiquen. Antes de comenzar el proceso de despido, la empresa debe presentar un plan de viabilidad que demuestre que el ERE es necesario.
Una vez presentado el plan de viabilidad, la empresa debe abrir un periodo de negociación con los representantes de los trabajadores. Durante esta etapa, ambas partes intentarán llegar a un acuerdo para mitigar el impacto del ERE en los empleados, explorando alternativas como reubicaciones, reducción de jornada o recolocaciones. Este periodo de negociación tiene una duración mínima de 15 días.
Una vez concluido este periodo, la empresa debe presentar una comunicación oficial del ERE a la autoridad laboral competente y a los representantes de los trabajadores. A partir de este momento, se establece un plazo mínimo de 20 días para llevar a cabo los despidos. Durante estos 20 días, se debe mantener la negociación con los trabajadores y buscar soluciones, como reubicaciones en otros puestos de trabajo o indemnizaciones económicas.
En caso de no llegar a un acuerdo con los trabajadores, la empresa podrá llevar a cabo los despidos después de transcurridos los 20 días. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la empresa debe respetar el orden de prelación establecido por la ley en el caso de despidos objetivos, teniendo en cuenta factores como la antigüedad, la edad o las cargas familiares de los empleados.
En resumen, después de un ERE, deben pasar al menos 15 días de negociación y 20 días desde la presentación del plan de viabilidad antes de que la empresa pueda llevar a cabo los despidos. Durante este tiempo, se deben agotar todas las posibilidades de encontrar soluciones alternativas para los trabajadores afectados.
¿Cuántos despidos son un ERE?
En España, un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) es un procedimiento utilizado por las empresas para llevar a cabo despidos colectivos. Antes de profundizar en cuántos despidos son necesarios para considerar un ERE, es importante comprender qué implica este tipo de expediente.
Un ERE puede llevarse a cabo por diferentes motivos, como causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. Esto significa que las empresas pueden iniciar el proceso de un ERE si se encuentran en una situación financiera complicada, si se producen cambios tecnológicos o en la organización del trabajo, o si se reduce la demanda de sus productos o servicios.
Para que un despido colectivo se considere un ERE, existen ciertos requisitos que deben cumplirse. En primer lugar, es necesario que los despidos afecten a un determinado número de trabajadores. Según la legislación española, para una empresa con menos de 100 empleados, se considera un ERE cuando se despide a más del 10% de la plantilla. En el caso de las empresas con 100 o más trabajadores, se requiere que se despida al menos a 10 personas.
Por ejemplo, si una empresa tiene 80 empleados, debería despedir al menos a 8 personas para que se considere un ERE. Por otro lado, si una empresa cuenta con 150 empleados, debería despedir al menos a 10 personas para cumplir con los criterios del ERE.
Además del número de despidos, es necesario que el ERE tenga una duración determinada. En general, se considera que un ERE es de carácter temporal si tiene una duración de dos meses y se considera de carácter permanente si supera los dos meses.
En conclusión, la cantidad de despidos necesarios para que se considere un ERE varía según el tamaño de la empresa. Sin embargo, independientemente del número de despidos, es fundamental que la empresa justifique la necesidad del expediente debido a causas económicas, técnicas, organizativas o de producción.
¿Cuánto es la indemnización por ERE?
La indemnización por ERE es una compensación económica que se otorga a los trabajadores afectados por un Expediente de Regulación de Empleo. En este tipo de situaciones, las empresas suelen realizar despidos masivos, lo que genera incertidumbre y preocupación entre los empleados. La indemnización por ERE está diseñada para minimizar el impacto negativo que supone la pérdida de empleo y proporcionar una ayuda económica.
La cantidad de indemnización por ERE varía según distintos factores, como la antigüedad del trabajador en la empresa y la modalidad del ERE. En general, la Ley establece que el trabajador tiene derecho a recibir una indemnización que oscila entre 20 y 45 días de salario por año trabajado, con un tope máximo de 42 mensualidades. Estas cifras son orientativas y pueden variar en función de diversos factores, como convenios colectivos o acuerdos negociados entre la empresa y los representantes de los trabajadores.
Es importante tener en cuenta que la indemnización por ERE también puede incluir otros conceptos, como las indemnizaciones por el cumplimiento de los preavisos y la compensación de los salarios de tramitación. Los salarios de tramitación son aquellos que se abonan al trabajador desde la fecha del despido hasta la resolución definitiva de la situación de ERE.
En ocasiones, el trabajador puede optar por una indemnización por ERE en forma de capital o mediante pagos periódicos. Esta elección suele tener implicaciones fiscales, por lo que es recomendable asesorarse correctamente antes de tomar una decisión.
En resumen, la indemnización por ERE es una compensación económica que se otorga a los trabajadores afectados por despidos masivos. La cantidad de indemnización varía según diversos factores, pero suele oscilar entre 20 y 45 días de salario por año trabajado. Además, puede incluir otros conceptos como indemnizaciones por preavisos o salarios de tramitación. Es importante asesorarse correctamente antes de tomar una decisión sobre cómo recibir la indemnización.