¿Qué diferencia hay entre un ERTE y un ERE?
Los ERTE son expedientes de regulación temporal de empleo. Se pueden aplicar en situaciones excepcionales de fuerza mayor, como catástrofes naturales o en caso de crisis económica, y su objetivo es evitar el despido masivo de trabajadores. En estos casos, el empresario puede suspender o reducir la jornada laboral de sus trabajadores, y éstos reciben un subsidio por desempleo por parte del SEPE. Los ERTE pueden aplicarse a toda la plantilla de la empresa o solo a un grupo de trabajadores.
Los ERE, por otro lado, son expedientes de regulación de empleo. Se pueden aplicar en caso de cierre de la empresa, fusión o reestructuración, y su objetivo es que los trabajadores afectados por el cierre de la empresa puedan acceder a las prestaciones por desempleo. En los ERE no hay reducción de jornada, sino que los trabajadores afectados pierden su empleo.
¿Qué cobra un trabajador en ERE?
Un trabajador en ERE puede cobrar una indemnización de hasta 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. La indemnización por despido improcedente es de 45 días por año de servicio, con un máximo de 36 mensualidades.
Los trabajadores afectados por un ERE pueden cobrar una indemnización de hasta 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades. La indemnización por despido improcedente es de 45 días por año de servicio, con un máximo de 36 mensualidades.
Por lo tanto, si un trabajador es despedido improcedentemente, tiene derecho a cobrar una indemnización de hasta 45 días por año de servicio, con un máximo de 36 mensualidades. En el caso de los despidos procedentes, la indemnización será de 33 días por año de servicio, con un máximo de 24 mensualidades.
¿Quién se va primero en un ERE?
La pregunta del millón. Un ERE es un Expediente de Regulación de Empleo, y supone el despido de uno o varios trabajadores por motivos económicos, técnicos, organizativos o productivos. En estos casos, hay que hacer un cálculo de productividad para saber quién se va primero.
Hay que tener en cuenta que un ERE es un despido colectivo, es decir, se aplica a un grupo de trabajadores y no a una persona en concreto. En un ERE no se puede despedir a nadie por motivos personales. Los criterios para elegir a los trabajadores que se van a despedir deben ser objetivos y no pueden basarse en el capricho de la empresa.
En un ERE, la productividad es el principal criterio para elegir quién se va primero. Se mide la productividad de cada trabajador y se calcula un índice de productividad. Los trabajadores con un bajo índice de productividad son los que se van a despedir en primer lugar.
Otros criterios que se pueden tener en cuenta son la antigüedad, el nivel de formación o el coste salarial. Sin embargo, estos criterios deben ir acompañados de otros motivos objetivos para que sean válidos. Por ejemplo, si un trabajador lleva muchos años en la empresa y tiene un bajo índice de productividad, es más probable que se despida antes que a un trabajador que lleva pocos años y tiene un alto índice de productividad.
En resumen, la productividad es el principal criterio para elegir quién se va primero en un ERE. Otros criterios que se pueden tener en cuenta son la antigüedad, el nivel de formación o el coste salarial, pero deben ir acompañados de otros motivos objetivos para que sean válidos.
¿Qué pasa cuando una empresa hace un ERE?
Un ERE es un Expediente de Regulación de Empleo. Se trata de un expediente que se abre cuando una empresa está en crisis y necesita reducir el número de trabajadores que tiene contratados. Un ERE puede afectar a todos los empleados de la empresa o solo a un grupo de ellos.
Los EREs suelen ser muy dolorosos para los trabajadores afectados. Es normal que haya mucha angustia y preocupación entre los empleados de una empresa en crisis. Los EREs pueden suponer un cambio radical en la vida de las personas.
Los EREs no solo afectan a los trabajadores directamente afectados, sino que también pueden tener un impacto indirecto en otras personas. Por ejemplo, en los familiares de los trabajadores que pierden su empleo. También puede haber un impacto en la imagen de la empresa. Un ERE puede hacer que la gente pierda la confianza en la empresa.
Los EREs son un procedimiento legal. Se realizan siguiendo una serie de pasos y cumpliendo unos requisitos establecidos por la ley. No obstante, esto no quiere decir que los EREs sean justos. A veces, las empresas abusan de los EREs para despedir a trabajadores que no quieren o no pueden permitirse el lujo de seguir trabajando.